lunes, 7 de mayo de 2012

EL ARTE DE SABER " PELEAR"




El arte
de saber “pelear”
 

¿R
 

ECUERDA el lector la maleta de  aquellas  diferencias  que generan  tensiones? Pues  ya sea que usted tenga muchos o pocos años de casado, o incluso esté contemplando  hacerlo pronto, lo cierto del caso es que s le conviene pres- tar atención a esa “maleta”.  Ya que son muchas las evidencias que le asignan al manejo adecuado del conflicto un rol determinante en la felicidad de la pareja.
Las bodas de oro:
Se celebraban las bodas de oro de una an- ciana pareja cuando alguien hizo la pregunta inevitable:
—¿Cuál ha sido el secreto de su feliz matrimonio?
Con una sonrisa de picardía, la abue- la respondió:
—La noche de bodas decidí hacer una lista de diez de las faltas que por el bien de mi matrimonio yo le perdonaría a mi futuro esposo. La verdad es que nunca llegué a redactar aquella lista, pero cuando él hacía algo que no me gustaba, yo me decía a mí misma: “¡Qué cosa! ¡Esa es una de las diez!”2
¿De dónde obtuvo la abuela esa información? Alguien tiene que haberla aconsejado porque, antes de casarse, ¿quién piensa en los conflictos matrimoniales?  Lo menos que los novios piensan es que los conflictos conyugales serán su mayor desafío como pareja.

Resolución de conflictos  
Algunos investigadores llegan al punto de considerar que el manejo del conflicto es el factor de mayor pesoa la hora de evaluar el nivel de satisfacción de un matrimonio. En este punto acudimos a dos inves- tigadores líderes en el campo de la satisfacción conyugal: Clifford Notarius y Howard Markman. En uno de sus estudios s importantes ellos entrevistaron a numerosas parejas en dos momentos clave: primero, mientras planificaban su matrimonio y, segundo ya casados, al tener el primer bebé. En estas dos instancias recopilaron todos los datos que podrían predecir su grado de satisfacción conyugal en el futuro.Desps de varios años (cinco en un caso, diez en otro), contactaron nuevamente a las mismas parejas para saber cuáles eran felices, cuáles infelices y cuáles se habían divorciado. ¿Qué encontraron? Leamos sus propias palabras: “Nuestros estudios mostraron que la satisfacción matrimonial comienza y termina con la manera precisa como la pareja discute sus diferencias y maneja el conflicto”.3Y ahora abróchese el cinturón de se- guridad para leer lo que sigue. Sus investigaciones revelaron que factores tales como cuánto se amaban estas parejas al momento de casarse o cuán satisfactoria era
su vida sexual no resultaron ser tan importantes al compararlos con el manejo del conflicto.4 Palabras mayores. Si lo que estos respetables eruditos están diciendo es cierto, entonces es crucial para la felicidad de cualquier pareja saber manejar sus diferencias. La razón es muy sencilla: no importa cuánto se amen los novios al momento de contraer matrimonio; no importa cuán bien funcione su vida íntima; si no manejan bien sus problemas conyugales, sencillamente van a bordo del Titanic y en su ruta los espera un colosal  témpano de hielo. Pero no hemos contado toda la historia. Notarius y Markman informan que en sus estudios lograron predecir ¡con un noventa por ciento de precisión! en cuál de los tres grupos (felices, infelices, y divorciadas) encajaría cada pareja al cabo de los cinco o diez años del estudio en que cada una participó. Esto es sorprendente. ¿Cómo lograron tal grado de acierto? Al medir las estrategias específicas que, para resolver sus conflictos, cada pareja estaba usando al momento de la primera entrevista. Leamos:
“La resolución exitosa de sus diferencias permitió a unas parejas desarrollar la confianza necesaria en su capacidad para enfrentar juntos  lo que fuera necesario para alcanzar su felicidad. En el caso de las otras parejas, cuando sus desacuerdos se transformaron en peleas crónicas y discordia, el pesimismo se apoderó de esos cónyuges y perdieron confianza en su ca- pacidad para lograr que su relación funcionara”.5  Otras investigaciones han arrojado resultados similares. Basta citar uno de los muchos estudios realizados por David H. Olson y sus colegas. En una encuesta realizada en 1999 para determinar qué factores distinguen a las parejas felices de las infelices, Olson encontró que el factor más significativo fue el manejo adecuado de sus diferencias.

Debido a que hemos hablado suficiente en torno al qué del conflicto conyugal, conviene decir algo con respecto al cómo.

El abecé del  conflicto

Una buena manera de comenzar esta sección es haciendo referencia a los estu- dios de John Gottman, para muchos el in- vestigador número uno en la dinámica de la vida matrimonial. Durante s de treinta años Gottman y sus colegas en el Laboratorio de Investigación de la Familia (comúnmente llamado el “Laboratorio del Amor”), han estudiado a miles de parejas empleando una variedad de metodos:  entrevistas
filmaciones, monitores del ritmo cardíaco mientras interactúan, y otros equipos que
Determinan el nivel de estrés que experimentan en sus conversaciones. La información así obtenida duranttodos esos años, fue rigurosamente codificada y luego analizada matemáticamente. Esto les ha permitido conocer con profundidad la dinámica de la vida conyugal y, s importante aún, les ha permitido proveer una ayuda invalorable a miles de parejas que luchan por mejorar su vida matrimonial. 

Sacado del libro ME CASARIA DE NUEVO CONTIGO de
Fernando Zabala.